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Cómo me involucré en el mundo escéptico

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Artículo traducido por Alejandro Borgo, Director del CFI/Argentina.


Habiéndote criado en Salinas, California, durante los años 70, si querías saber algo, los medios para encontrar una respuesta eran mínimos. Nos basábamos en los diarios, la radio y un par de canales de televisión para informarnos. Si querías más detalles, estaba la Enciclopedia Británica y la biblioteca pública. Encontrar material crítico sobre lo paranormal era difícil. Si lo mencionaban, era inevitablemente explotado en forma sensacionalista — fuera en favor de los fenómenos o dejándote con un “nadie lo sabe...” Yo era extremadamente crédula e ingenua. No tenía a quién preguntarle y la Guerra Fría estaba en su esplendor. Era una época no adecuada para creer en lo paranormal, la vida después de la muerte, y que una deidad solidaria no permitiría la Tercera Guerra Mundial. Así eran las cosas.

Cuando descubrí la revista Skeptical Inquirer, en 1996, fue algo revelador. Me abrió los ojos. Creo que el primer número que conseguí era el de Enero/Febrero. Mi suscripción comenzó con el ejemplar de Setiembre/Octubre de 1997. En él encontré respuestas a montones de cuestiones —sobre fantasmas, videntes, Pie Grande y todo me fascinó. Me enteré de cosas sobre las cuales nunca había pensado, y luego de leer algunos artículos pensé “¿La gente cree en esto?”. Otros artículos me hicieron pensar “Espera, ¿esto no es real?”. A principios de 2002 recibí un volante del CSICOP (ahora CSI); cerca de donde estaba se llevaría a cabo una reunión de escépticos. Llegué y decidí cambiar mi vida. Hice de anfitriona, invitando a la gente a sentarse en una mesa grande que había elegido y presentando a las personas aún sin conocer a ninguna. Debieron sentirse muy entretenidos. Nunca había estado rodeada por tanta gente inteligente. Debería haberme sentido completamente intimidada, pero eran muy amables. Mi confianza (completamente simulada) y su reacción me permitieron encontrar mi gente y nunca me sentí tan aceptada.


This article was originally featured in Skeptical Inquirer in English.
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Luego de ese fin de semana, Carol y Ben Baumgartner me invitaron a un taller de Ray Hyman, en Eugene, Oregon, y luego, en agosto de 2002, ya estaba totalmente involucrada con este mundo.

Unos pocos años más tarde todo había cambiado: Internet se volvió popular y casi todos tenían e-mail. El foro de la Fundación James Randi para la Educación (JREF) me permitió conocer a otros escépticos locales, lo cual me permitió co-fundar el Monterey County Skeptics, en 2007. Por ese entonces Facebook expandió todavía más la comunidad. En los cruceros que organizaba la JREF no había Internet, lo cual hizo que nos sentáramos a charlas durante largas horas. Finalmente, fui a una conferencia donde Tim Farley habló sobre Wikipedia y por qué los escépticos debían preocuparse por ella. Pasaron meses y finalmente comencé a hacer pequeñas ediciones, como autodidacta. Comencé a publicar en Facebook lo que estaba haciendo, y la gente me hacía preguntas. Cuando la gente me pidió si yo podía hablar a sus grupos y se interesó más gente, me lo tuve que tomar en serio: fue el nacimiento de la Guerrilla Escéptica en Wikipedia (GsoW).

El proyecto es, y siempre lo ha sido, más que corregir la Wikipedia, para educar a millones de personas que nunca conoceré. GsoW era para la gente de la comunidad. Yo quería apoyar a aquellos que estaban haciendo ciencia, escribiendo artículos y libros, dando conferencias, y haciendo podcasts. Quería que la gente se enterara de nuestra historia, y se sintiera inspirada por voceros como yo. Mi principal objetivo respecto de la comunidad ha sido apoyar a la gente y sus proyectos —encontrar, entrenar, y motivar a la gente para hacer que nuestra comunidad sea más fuerte y que crezca. Apoyo firmemente las conferencias, ya que por mi propia experiencia sé que las cosas importantes ocurren cuando la gente se encuentra cara a cara. Compartir alguna bebida y aprender juntos. He organizado varios proyectos como Operation Bumble Bee, Operation Ice Cream Cone y Operation Tater Tot.

Quiero agradecer al CSI por darme la oportunidad de hablarles. Nunca imaginé que mi nombre se vería impreso en las páginas del Skeptical Inquirer en tantas oportunidades. Vayan para el Skeptical Inquirer mis felicitaciones por 40 años de un trabajo sorprendente. Espero que podamos seguir trabajando juntos por mucho tiempo.


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