Artículo traducido por Alejandro Borgo, Director del CFI/Argentina.
Sin duda, las vacunas son uno de los más grandes triunfos de la medicina moderna. La viruela fue el flagelo más letal en la historia humana, responsable de 300 a 500 millones de muertes solo en el Siglo XX, cuando ya estaba desapareciendo. Gracias a las vacunas, la viruela ha sido completamente erradicada. Y ahora la polio está en camino de serlo. Hoy se da solo en tres países: Pakistán, Afganistán y Nigeria (excepto un caso aislado en Papúa Nueva Guinea.
¡Qué rápido nos olvidamos! Solo algunos de nosotros, ya mayores, podemos recordar que nuestros padres no nos dejaban ir a nadar en verano debido al riesgo de la polio. Hemos hecho un gran progreso contra otras enfermedades que se pueden prevenir mediante vacunas. Hoy, los niños no se van a enfermar de varicela, paperas y sarampión, como me ocurrió a mí. Incluso tenemos dos vacunas contra virus que causan el cáncer: el virus papiloma humano (HPV) y la hepatitis B.
La vacunación constituye una maravillosa política de protección. Tal vez pensará usted que nadie rehusaría a ella. Pero hay muchísimas personas que lo hacen, debido a la desinformación que difunden los que se oponen a las vacunas, que están mal informados. Los llamaré antivaxxers. Pueden protestar, como Jenny McCarthy, diciendo que no están en contra de las vacunas sino que quieren vacunas seguras. Son negacionistas respecto de las vacunas, no escépticos. Rechazan la enorme evidencia científica que existe sobre la seguridad y efectividad de las vacunas. Están poniéndonos en riesgo a todos al reducir la inmunidad colectiva en nuestras comunidades.
Los antivaxxers sostienen que las vacunas causan terribles daños. El mayor escándalo estuvo referido a que la vacuna triple causaba autismo. Durante un tiempo, le echaron la culpa al conservante a base de mercurio llamado timerosal; sin embargo, cuando se quitó al timerosal de las vacunas, la tasa de autismo no disminuyó. Estudios científicos múltiples no encontraron ninguna correlación entre las vacunas y el autismo, y mucho menos evidencia causal. De hecho, un estudio parecía mostrar que aquellos que recibían vacunas tenían menor probabilidad de ser diagnosticados con autismo.
VAERS
Los antivaxxers aman el Sistema de Informe de Eventos Adversos sobre las Vacunas estadounidense (VAERS, en inglés). Alegremente lo señalan como evidencia de que las vacunas causan efectos serios y adversos, y la muerte. Sin embargo no entienden como funciona el VAERS. No recolecta datos sistemáticamente ni constituye prueba alguna de daños causados por la vacunación. Acepta cualquier informe anecdótico de los pacientes, médicos, abogados, o de cualquiera que piensa que ha ocurrido un efecto adverso luego de una vacunación. Las anécdotas no se investigan ni se verifican. Hay evidencia de que cuando está en litigio un evento adverso particular tal como el autismo, el número de informes de eventos adversos en el VAERS se incrementa. Quizá los litigantes ponen más informes en el sistema de manera que puedan presentar los datos como evidencia en la Corte (1).
Cualquiera podría mentir y poner un informe falso. El Dr. James Laidler lo hizo. Envió un informe diciendo que luego de recibir una vacuna contra la gripe, la piel se le puso verde y los músculos se inflamaron; lo describió como si se transformara en el personaje “El Increíble Hulk”. Su informe se aceptó y entró en la base de datos. El VAERS detectó que el informe era sospechoso, así que lo llamaron por teléfono y le pidieron permiso para quitarlo, lo cual admitió. Si se hubiera rehusado, el informe todavía estaría en la base de datos y los antivaxxers podrían señalarlo como prueba de que la vacuna contra la gripe transforma a la gente en “El Increíble Hulk”.
Los datos del VAERS pueden ser útiles si son utilizados apropiadamente.Hubo algunos informes de invaginación (donde se produce un bloqueo en el intestino obstaculizando el suministro de sangre) referidos a la vacuna para prevenir el rotavirus. Una investigación mostró que realmente había una conexión, y la vacuna fue sacada del mercado. Pero las anécdotas en el VAERS son solo un punto de partida. Se investigan los informes de muertes; en la mayoría de loscasos encontraron causas de muerte que no se debían a las vacunas. Una chica que murió luego de aplicarse la vacuna HPV, en realidad murió de una sobredosis de drogas. En otros casos, no había información suficiente para determinar la causa de la muerte.
Por sí solas, las anécdotas no son datos. Las cosas malas pueden sucederle a cualquiera. Necesitamos saber si ocurren más seguido en las personas a las que se les aplican vacunas que en la población general. Si es así, ello establece una correlación. Pero una correlación no es suficiente para determinar causalidad. Ustedes podrían recordar el gráfico que mostraba una correlación casi perfecta entre el diagnóstico de autismo y la venta de comida orgánica.
En un estudio que revisó datos del VAERS buscando causalidad, la “causalidad podría ser probable en menos de una cuarta parte de los informes, y éstos estaban llenos de reacciones locales, alérgicas, o síntomas que se sabe están asociados con la administración de la vacuna” (2). La mayoría de ellos eran “probables”. Solo un 3 por ciento de ellos fueron “indudablemente” relacionados con la vacuna, y la mayoría no eran serios.
El hecho de confiar en el VAERS ha sido descripto como revolver la basura para encontrar datos. Los antivaxxers aman ese deporte. Respecto de la vacuna Gardasil contra el HPV proclaman que “¡Gardasil está matando a las mujeres!”. Citan a los informes del VAERS referidos a treinta y dos muertes y 12.000 denuncias. En realidad, luego de más de 170 millones de dosis, no se encontró una sola muerte ligada a la vacuna Gardasil.
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Respecto de las vacunas contra el HPV, se halló que ninguno de los eventos informados al VAERS era más común luego de la vacunación que entre los grupos de control. En un importante estudio controlado, solo se asociaron dos cosas con la vacuna contra el HPV: tromboembolismo venoso (VTE, o coágulos sanguíneos) en 0,2 de 100.000 dosis y desvanecimiento luego de la inyección en 8,2 de 100.000 dosis. Las cifras de VTE no fueron estadísticamente significativas, y la mayoría de los pacientes tuvieron otros factores de riesgo respecto al VTE. No se estableció ninguna causalidad. En otro estudio con 200.000 sujetos, solamente encontraron una correlación con el desvanecimiento e infecciones de la piel en las dos semanas siguientes a la vacunación.
Error japonés
Un puñado de noticias falsas que ha estado circulando es el rumor de que Japón prohibió la vacuna contra el HPV. En realidad, no hizo tal cosa. La vacuna ha estado disponible en forma gratuita y libre en Japón desde 2010, y todavía lo está. Lo que ocurrió fue que el gobierno japonés suspendió momentáneamente la recomendación oficial para recibir la vacuna mientras investigaba informes anecdóticos sobre treinta y ocho chicas que habían experimentado dolores y entumecimiento luego de vacunarse. La investigación se completó en corto tiempo y encontraron que la vacuna no era la causa. Pero por alguna razón, nunca hicieron nada para restablecer la recomendación. Como resultado las tasas finales vacunación contra el HPV se desplomaron de un 74 a un 0,6 por ciento. Se trata de algo muy desafortunado. Significa que los niños japoneses han sido privados de protección contra el cáncer causado por el HPV. Esto incluye cáncer cervical, anal, orofaríngeo, vaginal, vulvar y peniano. El desarrollo de dichos cánceres puede llevar unos veinte años o más: dentro de pocas décadas, Japón estará observando cánceres que podrían haber sido fácilmente prevenidos. Incluso si no se contrae cáncer, algunas personas van a desarrollar verrugas en los genitales y otros síntomas que podrían haber sido evitados.
La vacuna contra la hepatitis B
La vacuna contra la hepatitis B se aplica usualmente a los recién nacidos en 184 países. Tiene un excelente índice de seguridad. Luego de más de mil millones de dosis, el único efecto adverso serio que ha sido identificado es una reacción alérgica en 1 de cada un millón de vacunados. Se la aplica a los recién nacidos porque cuanto menor es la edad, es más probable que persista la hepatitis B como infección crónica, la cual, más tarde, conlleva riesgos de insuficiencia hepática y cáncer de hígado. Un 80 o 90 por ciento de aquellos infectados antes de cumplir un año de edad desarrollarán una infección crónica, comparándolo con solo un 5 por ciento de adultos. Claramente, está funcionando: en los Estados Unidos, la incidencia de las infecciones de hepatitis B ha bajado notablemente desde que comenzamos a vacunar a los recién nacidos.
Los antivaxxers ignoran estos hechos y ofrecen su propia versión. He aquí lo que dijo un antivaxxer sobre la vacuna contra la hepatitis B:
Se trata de una exposición tóxica que tiene efectos desconocidos e imprevisibles. Nunca ha sido estudiada apropiadamente en humanos (verdadero control placebo), y lo que estamos observando basándonos en los informes de la población es que han sido registrados 443.093 eventos adversos (jaquecas, irritabilidad, fatiga extrema, inflamación cerebral, convulsiones, artritis reumatoidea, neuritis óptica, esclerosis múltiple, lupus, síndrome de Guillain-Barre (GBS) y neuropatía), incluyendo 1.500 muertes, a menudo etiquetadas como Síndrome de Muerte Súbita Infantil (3).
Nada de esto es cierto. El que lo afirma, tuvo que revolver profundamente el contenedor de basura del VAERS para venir con estas fantasías. ¡Háblenme de noticias falsas!
El Tribunal de las vacunas
Otra táctica favorita de los antivaxxers es afirmar que el gobierno sabe que las vacunas son peligrosas y pone dinero para compensar a las víctimas. Citan casos del Programa Nacional de Compensación de Daños (NVICP), conocido también como el Tribunal de las Vacunas. El NVICP es un sistema no contencioso para litigar en casos de daños causados por las vacunas. Se estableció en 1986 como respuesta al peligro del suministro de vacunas. Ignorando la sólida evidencia científica sobre la seguridad de la vacuna DPT (difteria, tos ferina y tétanos), los jurados han dado grandes sumas de dinero a los demandantes que sostenían haber sufrido daños debido a las vacunas. En defensa propia, la mayoría de las compañías han dejado de producir la vacuna DPT.
Bajo la disposición del Acta Nacional de Daños Infantiles causados por las Vacunas, las demandas por daños no se pueden entablar en las cortes estatales y federales. En cambio, estos casos son escuchados por un Máster Especial de la Corte Estadounidense de Demandas Federales. El demandante debe presentar una teoría biológica sobre daños, proporcionar una secuencia lógica de eventos que liguen las vacunas con el daño, y fijar un período de tiempo apropiado en el cual ocurrió el daño; el demandante también debe demostrar que no hay otra explicación biológica plausible acerca del perjuicio. Estos son requerimientos legales y no son suficientes para establecer una verdad científica. En 2006, se entregó una indemnización a una demandante que afirmó que una vacuna contra la hepatitis B le causó esclerosis múltiple, a pesar de varios estudios científicos que demostraban que la vacuna no causaba ni agravaba dicha enfermedad.
Algunos daños reconocidos de las vacunas figuran en un Listado de Perjuicios junto con un período de tiempo. Por ejemplo, se sabe que a veces (raramente) la anafilaxis ocurre dentro de las cuatro horas luego de la inyección. Para hacer una demanda de síncope vasovagal, éste debe haber ocurrido hasta una hora después de la inyección. Si un daño figura en la lista y el período de tiempo es apropiado, la compensación se da automáticamente. Si es un daño que no está en el listado, el demandante tiene que demostrar que es más probable que la vacuna haya causado el daño que no lo haya causado. El estándar de prueba es mucho más bajo que en las cortes comunes.
Para decirlo brevemente, es un sistema sin atribución de culpabilidad diseñado para preservar la entrega de la vacuna protegiendo a los fabricantes y para facilitar la compensación a la gente que, se presume, ha sido perjudicada por las vacunas. Una demanda exitosa no constituye prueba científica de que la vacuna causó el daño.
Las vacunas son seguras. Los antivaxxers están tratando de crear “manufactroversia” basada en revolver la basura para encontrar datos en el VAERS y otras fuentes de información engañosa o equivocada. Están propagando noticias falsas. Recuérdenlo, el VAERS es muy poco confiable.
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